viernes, 10 de abril de 2009

EL CAPITAL MENTAL DE ALAN GARCÍA



Por: Martin Guerra.

El presidente Alan García dice y vuelve a decir que la crisis económica que atraviesa el mundo no es una crisis de pobreza. Un amigo que conozco prácticamente desde que nací diría: ¿entonces, qué carajo es? Él suele indignarse ante los trabalenguas del mandatario.

Para comenzar, ¿hay crisis de riqueza o hay crisis de pobreza? Para el compatriota común que sale a trabajar diariamente, que se enfrenta con la canasta familiar todas las semanas, crisis es sinónimo de pobreza. Ahora, si nos ponemos rigurosos, una crisis económica no es ni de pobreza ni de riqueza, es tan sólo una crisis económica. En el sistema capitalista lo que atraviesa un estado crítico no es ni la pobreza ni la riqueza, es la forma en que las grandes empresas transnacionales, con sus propias contradicciones entre naciones e intereses de bloques económicos, entra en un grave desbalance de su proceso de acumulación, que ante la ausencia de la planificación y la sobrestimación del mercado, y en la época actual, -del reino de la especulación financiera,- quiebra, originando una recesión mundial, siendo los pobres y los extremadamente pobres los que más sufren.

Pero, si el ciudadano García ha querido dar a entender que esta crisis no va a devenir en pobreza o, que esta no significa que el sistema capitalista en el momento actual esté presentando crisis cada vez más insalvables, sino que muy por el contrario, esta crisis se debe a una gran expansión económica de crecimiento y que por lo tanto la economía se va a regenerar en cualquier momento y vamos a estar mejor que antes gracias al sacrosanto capitalismo, también se equivoca. Ya veremos por qué.

Cuando subió el pan, el aceite y la gasolina; García decía que no era culpa de la economía peruana sino de la crisis de las economías extranjeras, de las cuales somos subsidiarios. Del aceite y la gasolina tenía la culpa Chávez, por el petróleo; del trigo para el pan, México. ¿Es que nadie le pudo decir a nuestro inocente Alan Ludwig que el petróleo, siendo Perú un país productor, lo adquirimos de los Estados Unidos, pudiendo hacerlo a mejor precio a través del ALBA? ¿Y es que ningún asesor le pudo contar al excelentísimo gobernante que con el NAFTA el trigo mexicano es tan importante en el mercado como lo son en las librerías los libros del doctor García y que el trigo que consumimos también es yanqui?

Sujeto tan enterado en asuntos económicos, como el tema del dólar muc, etc., dijo, cuando estalló la actual crisis económica mundial, primero, que no nos va a afectar, porque nuestra economía es sólida. Y luego, preparó un paquete anti crisis, que ya analizamos anteriormente por cierto. Ahora dice que felizmente nuestra economía no va a parar porque estamos ante una crisis de riqueza. De hecho el doctor García ha dado un nuevo aporte a la teoría económica. Lo curioso de esta crisis de riqueza es que no sólo nos golpea fuertemente, sobretodo a los que menos tenemos, sino que no trae los fenómenos digamos, positivos a corto plazo para los más pobres, como por ejemplo la baja de los precios, que en momentos iniciales permite comprar, esto por supuesto es un giro fantasma, ya que luego con el avance de la crisis encarecen los precios por ausencia de productos en el mercado y viene la especulación, pero en un principio bajan. Claro, cuando se vive en una economía industrial. Pero en el Perú, la cosa cambia, y la crisis nos cae con toda su fuerza. No señor, si acá todo está bien. ¿Debemos aprovechar para exportar más? ¿Vamos a tener una balanza de pagos activa? ¿La devaluación del dólar nos va a permitir continuar con las exportaciones? Sí, claro que sí. Sí compatriotas, esta es una crisis de riqueza.

Decíamos que el amigo García se equivocaba también cuando no sólo calificaba a este problema de crisis de riqueza, sino cuando pretendiendo maquillarlo, lo mostraba como una palanca que iba a generar más fortuna.

Veamos, teóricamente, la disquisición del presidente de que esta crisis se sucede por un error humano en el tratamiento de la economía mundial, por no hacerle caso al factor de la tecnología y los medios de comunicación (su tema obsesivo), ni siquiera es una explicación neoliberal, modelo de quien García es ahora tan fiel seguidor (por su maniática critica a la labor reguladora del Estado, por su ambición de querer privatizarlo todo, por formular leyes para arruinar aún más a los trabajadores, atentando contra la seguridad social y la estabilidad laboral en todos sus aspectos, etc.); su triste análisis pertenece a las cavernas de la escuela liberal clásica, aquella que enseña (y él aprendió) a que las crisis no responden a problemas en el interior del sistema capitalista, sino a accidentes humanos, es decir a deslices técnicos. Eso en cuanto a justificar la crisis. ¡Se equivocaron al calcular! ¡Ya pasará! Sin embargo cuando quiere revelarnos la verdad (¡no por favor!) con la matraca de que siempre ha habido crisis, utiliza muy mal la teoría de los ciclos económicos, la que señala que el sistema capitalista tiene crisis periódicas. Lo que no indica García, es que la realidad no es estática y que a cada crisis del sistema se agrieta más la brecha entre ricos y pobres, crece millonariamente la cantidad de miseria extrema y de niños muertos al año por desnutrición. Que, luego de cada crisis, hay más recursos naturales maltratados, bosques destruidos, biodiversidad trastocada, tierras arrasadas, desposeídos en la miseria, clases medias pauperizadas, ignorancia, desempleo e infortunio. Y que por lo tanto no todo volverá a ser como antes ni se estará mejor. Las cifras por demás adornadas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional confirman estas afirmaciones.

Hay que ser optimistas ofreciendo lo que es ajeno. Mientras que en el mundo, la solución puesta en práctica para paliar la crisis ha sido otorgarle al Estado mayor control sobre la economía, en el Perú todo se vende al mejor postor. Pero para nuestro sublime gobernante, el Perú es un tigre asiático y él un grácil oso panda pionero en estos temas del crecimiento económico. Entonces da lo mismo boom que crack, pobreza que riqueza, etc. Esa es la mente brillante de nuestro presidente.

Todo ciclo de crisis se inicia al contraerse el boom inicial de expansión del sistema, que al devenir en depresión es seguido por el crack, baja de los precios, propagación de quiebras, flexibilidad en la producción, descontrol y caída en la bolsa de valores, desempleo, etc., Pero para el sancochado que prepara García entre Kondratieff y Smith, que se parece al guiso de arroz con mango de su primer gobierno, la crisis es buena y nos traerá riqueza. En su fascinación por ser una odalisca del verbo, de la que ya hace gala a diario ha criticado de pesimista al dueño de su circo capitalista, a Barak Obama, por decir que la crisis será más dura en el 2009 y como primate amaestrado por el gran capital ha repetido la consabida crítica a Karl Marx. Burlándose en el pasado CADE 2008, contó que se había quedado dormido al abrir el tomo III de El Capital. Nosotros pensamos que no leyó ni el primero. Recomendamos al primer mandatario su lectura, así como le sugerimos también no opinar sobre lo que no conoce, porque bueno es hacer el ridículo a solas pero no hacérselo soportar al pueblo.

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